Desde Carpintería Metálica la Villa, queremos empezar el post de hoy hablando de la seguridad de fabricación y montaje, que por lógica debemos de implantar, teniendo en cuenta que la norma dice que una puerta automática es una máquina, y que realmente lo es.
Partiendo desde aquí, hay que tener muy en cuenta que sobre todo en una instalación particular pueden existir niños y o personas con movilidad reducida, por lo cual está puerta “máquina”, debe de cumplir unos requisitos mínimos de seguridad, pues en una vivienda particular puede estar accesible un mando a distancia o un pulsador, que pueda hacer que la puerta se pueda poner en marcha, o que una persona mayor tenga la costumbre de abrir o pasar por el ámbito de la puerta, pudiendo ser esta más rápida que la persona que la está atravesando y provocar un incidente o peor aún, un accidente.
Todo lo anterior esta hoy por hoy reglamentado y dentro de una normativa denominada Marcado CE. La cual lleva en vigor desde hace varios años, tema que muchos talleres o fabricantes, se lo siguen saltando y siguen fabricando y ó montando este tipo de puertas sin ningún criterio o sistemas de seguridad, simplemente con el único objetivo de la rentabilidad de la misma, realizando con todo esto una competencia desleal y un engaño al cliente final. Lo mínimo que debemos hacer para vender una puerta y su automatización, es saber su normativa e informar al cliente de todas las ventajas que conlleva el que la misma cumpla y este dentro de normativa, aunque en muchos de los casos y por experiencia propia, la cuestión económica esté por encima de la seguridad, y por ello muchas veces sea mejor dejar pasar un trabajo a realizar o modificar una instalación sin un mínimo criterio de seguridad.
Si meternos de lleno en la normativa que punto a punto detalla las zonas de riesgo de cada tipo de puerta, en este post vamos a repasar los riesgos comunes para las puertas y en siguientes post, lo hablaremos de cada tipo de puerta.
Propietarios de una puerta, los cuales son igualmente el que tiene una vivienda particular, como el que accede a su plaza de garaje en una comunidad de propietarios. Por ello tanto el propietario, como el Administrador de fincas, en el caso de existir, y la persona o empresa, fabricante, instalador o quien que se encargue de hacer el mantenimiento de la puerta, son los responsables de la misma a la hora de que la puerta esté en condiciones de funcionamiento, como que cumpla la normativa y lleve todos los sistemas de seguridad que el tipo de puerta necesite.
Si hablamos de los riesgos generales que afectan a casi todos los tipos de puerta podemos hablar de:
- ATRAPAMIENTO: El atrapamiento en una puerta, se puede dar por la proximidad de la misma a sus propios marcos, paredes y elementos externos de la puerta, y por el propio recorrido o movimiento de la puerta.
- CIZALLAMIENTO: Este problema se puede dar directamente por el tipo de puerta que hemos elegido, por la propia forma de apertura o cierre, el cual se puede dar por el propio movimiento entre la puerta y el marco, creando un punto de riesgo elevado y a veces difícil de evitar.
- CAIDA, VUELCO O DESCARRILAMIENTO: Este problema en una puerta bien diseñada o fabricada no tiene el por qué darse. Pero existen factores que pueden ayudar a que esto ocurra, como puede ser un golpe en la puerta sin posterior inspección o revisión de la misma, una fabricación deficiente, el viento y el efecto vela que puede influir en el funcionamiento y comportamiento de la puerta y en su conjunto. El desgaste o deterioro y mala conservación de poleas, rodillos, topes, etc…
Para evitar todos los riesgos anteriores, tenemos que ser conscientes de saber el tipo de puerta que estamos fabricando, modificando, motorizando, etc…, para evaluar la forma de evitar accidentes. Para todo ello echaremos mano de nuestro metro o elemento de medida como primera norma, adecuando en cada caso las holguras a cada zona o tipo de puerta. Utilizaremos fotocélulas, sistemas paracaídas, gomas activas o pasivas, topes, motores que cumplan la normativa de compatibilidad electromagnética y hayan pasado su chequeo de fuerzas, bandas para dedos y manos, y elementos visuales de aviso y detección de riegos, etc…
Con todo ello y un poco de sentido común, conseguiremos un mínimo de seguridad en una puerta, que como hemos hablado antes, en la mayoría de instalaciones y puertas existentes no lo tienen. Por todo ello en Carpintería Metálica La Villa, contamos con verdaderos profesionales formados y especialistas en este tema.
En el próximo post, hablaremos con más detalle de cada tipo de puerta y los riegos evidentes que tenemos que cubrir o evitar. También nos meteremos un poco mas de lleno en la normativa existente desde el año 2004.